Nothing lasts really. Neither happiness nor despair. Not even life lasts very long. (Brief Encounter, 1945)

viernes, 24 de septiembre de 2010

Bocado segundo


Buzón brasileño 2 (Tania de Souza Gazito)
Y dio otro bocado a la empanada, sin abrir los ojos, soñando con el nuevo mundo que le esperaba al otro lado del océano. Crujía y se desmigaba, aun caliente, en su paladar. Zarparía al día siguiente, un primo le había conseguido trabajo. Sus hermanos estaban contentos porque entraría dinero en casa, y su madre insistía en que escribiera a menudo. Sólo la abuela, en un rincón de la cocina, estaba callada. Entonces se dio cuenta de que sus manos enfermas habían amasado por última vez para él. Se acercó y se las apretó fuerte, fuerte, y ella no dijo ni un ay.
B.A.A.

Yo sí que digo AYYYY.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Sigo participando...


Buzón brasileño (Tania de Souza)

Y dio otro bocado sentado en el coche, mirando cómo las nubes pasaban sobre la luna. Tenía que vigilar la mansión de un futbolista que recibía visitas de un narcotraficante, y la investigación se llevaba con tanto sigilo que ni siquiera a su mujer le pudo contar adónde iba. Otra noche sin poder despanzurrarse en el sofá. De un taxi bajó una rubia, y sobresaltado creyó reconocer a su mujer, pero una nube oscureció la escena y ella desapareció tras la verja. Rabioso, empezó a mordisquear las migas esparcidas sobre su barriga, llamándola inútilmente al móvil, que estaba apagado o fuera de cobertura.
B.A.A.

jueves, 16 de septiembre de 2010

¡Sorpresa!


¡Tachán! Al abrir la puerta de casa, tras una agotadora jornada laboral, el salón estaba irreconocible: un sofá fucsia, cuadros de algas, una alfombra peluda. Pero la sorpresa no acababa ahí: la cocina metalizada, el baño lleno de espejos… al llegar al dormitorio exclamé: “¡Yo en esta horterada no duermo!”. Mi mujer, que iba junto a la presentadora, se echó a llorar. Se creería que una crisis matrimonial se arregla llamando a la televisión. Me fui a un hotel, y desde la cama vi el programa, en el que hasta parecíamos contentos. Entonces descubrí lo guapa que sale mi mujer en pantalla.  
B.A.A.
La verdad es que me costó reducir a cien y acabo de añadir una palabrita, porque me lo pide el texto, asi que son 101. Total...

Ah, el relato tenía que empezar con ¡Tachán!

jueves, 9 de septiembre de 2010

4º temporada Relatos en Cadena

Ha vuelto a empezar el concurso del programa Hoy por Hoy (Cadena Ser) y Escuela de Escritores, la primera frase ha sido "Papá solía morirse dos veces al día", que debía completarse con 100 palabras como máximo. La participación ha sido altísima (unos 600 microrrelatos enviados desde el jueves hasta el mediodía del domingo). Aquí está el mío.

Papá solía morirse dos veces al día, y cuando nos íbamos de vacaciones hasta tres y cuatro. Contraté un servicio de asistencia telefónica para ancianos, pero papá se dedicó a cronometrar el tiempo que tardaban las ambulancias cuando llamaba muriéndose, o a no responderles cuando querían saber de él. Un día le cortaron el servicio, no sin antes mencionarle a un tal Pedro y el lobo. Harto, le mandé una mujer, disfrazada de enfermera, a vivir con él. Desde entonces apenas llama, dice que ha resucitado y sólo nos necesita cuando se le acaban los caramelos azules.
B.A.A.

martes, 7 de septiembre de 2010

CASI (microrrelato)

Londres, 29 de agosto de 2010

En agosto participé en un concurso de microrrelatos que consistía en escribir un relato de 150 palabras como máximo, y que debía incluir 5 palabras obligatoriamente (Mochila, Instrucción, Burbuja, Decreto, Encuesta). Era el final del II Concurso de Microrrelatos sobre Abogados, que se había iniciado en septiembre de 2009. Hoy han publicado el relato ganador de agosto, "Volveremos en septiembre", de Ana Maria Viñals. Ahora habrá una final con los ganadores de cada mes hasta la fecha.

El microrrelato que mandé apareció en la página de finalistas del mes (junto a ilustres autores del género, y compañeros de finales, como Agustín Martinez Valderrama, Rosana Alonso, Lola Sanabria…) y aquí lo pongo, para no ir “perdiendo” las cosas que envío por ahí… Por cierto, han vuelto los Relatos en Cadena y he vuelto a escribir en cien palabras.

CASI

El timbre me interrumpió. Una joven con mochila quería hacerme unas preguntas, “es para una encuesta sobre intención de voto”. Recordé a mi madre: “No abras a extraños”, y a mi padre: “Vives en una burbuja”, con lo cual me quedé indeciso. Pero luego volvió la voz de mi madre: “Sigue las instrucciones”, y pregunté: “¿Qué tengo que hacer?”. “Déjeme pasar, tardaremos muy poco”. Miré el reloj. “En esta casa se come a las dos, por decreto”, había advertido mi padre. Eran las dos menos cinco.

¿Estado civil?
Huérfano.
¿Nivel educativo?
Casi abogado.
¿Casi?
Disculpe, señorita, pero se me acabó el tiempo.

La eché sin contemplaciones. Volví a mi habitación, carraspeé, y empecé de nuevo el alegato final ante una corte de peluches colocados al borde de la cama.