La muerte por malos tratos de una mujer a manos de su marido ha colmado la paciencia de los habitantes de El Ajillo, y ha desatado un clima de violencia callejera y disturbios en los que se han quemado coches de conocidos maltratadores de esposa e hijos. “No queremos a esos cabrones en nuestro pueblo” han vociferado los hombres de la localidad. Esta reacción popular ha obligado al alcalde a tomar medidas contundentes. Se espera que las aguas vuelvan pronto a su cauce y que este tipo de delitos nunca más se vuelvan a producir.
B. A. A.