Nothing lasts really. Neither happiness nor despair. Not even life lasts very long. (Brief Encounter, 1945)

martes, 11 de agosto de 2009

Nacidos para dominar (1983)

Internet es sin duda una gran fuente de información, pero también una fuente de multiplicación de errores. Y esto viene a cuento de que cuando he buscado letras de canciones o algún texto conocido, me he encontrado con erratas que se repiten web a web. Es como si mucha gente usara el "copia y pega" sin más. Por ejemplo hoy me he encontrado el video que se editó en el programa "La Edad de Oro" tras el fallecimiento en accidente de automóvil de Eduardo Benavente, del grupo Parálisis Permanente, un video que en su día grabé en VHS, ya que fue un gran impacto para todos aquellos que compartíamos escenarios y locales con él, y sobre todo admirábamos su talento. Ese video incluía un texto, de uno de los guionistas del programa Koldo Artieda (esta referencia la he tomado de internet, espero que sea correcta), sobre el artista, con la canción "Nacidos para Dominar". El efecto de las imágenes, la letra de la canción, la música y el texto resultó perfecto para transmitir la tragedia y la tristeza de aquel momento. Voy a reproducir el texto completo del video, corrigiendo algunas erratas que he encontrado por internet.
"Un músico pop es un mecanismo humano de fascinación. La extrañeza ante él es el primer hito del recorrido de la fascinación. Pasado el momento de la sorpresa, el mecanismo debe permanecer intacto en su reducto, inviolable. A ese reducto, Goethe lo llamaba "personalidad".
El artista se diferencia del resto de los hombres porque construye y reconstruye su personalidad. Es lo que le da derecho a formular exigencias en la vida y ante sus semejantes. Eduardo Benavente poseía personalidad en el sentido goethiano, veía el mundo con ojos diferentes y exactos. Su estética era despiadadamente heroica y piadosamente irónica.
El signo de una inteligencia de primer orden es el de que es capaz de detenerse sobre dos ideas contradictorias sin perder por ello la capacidad de funcionar. "Debería entenderse que en las cosas no existe la esperanza, y sin embargo estar decidido a cambiarlas", escribió F. Scott Fitzgerald.
Eduardo Benavente no era un alma alabada, sabía que toda vida es un proceso de demolición de cosas nunca demasiado tangibles. La nieve es de una pureza engañosa.
Le gustaba ser rápido, eficaz y preciso. Esa frase podría haber sido su lema.
Eduardo Benavente murió en accidente de tráfico el 15 de mayo de 1983. Benditos sean los muertos sobre los que cae la lluvia.
El autor del texto es Koldo Artieda.
Cuando busqué, en un post anterior, la letra de la canción "Atrás" de Antonio Vega también encontré alguna errata, por ejemplo ponía "andando sin mirar atrás", cuando a nada que se escuche con atención se oirá "dudando si volver atrás"...