Nothing lasts really. Neither happiness nor despair. Not even life lasts very long. (Brief Encounter, 1945)

jueves, 12 de diciembre de 2019

Onda siniestra canaria

El pasado día 6 de diciembre, en la presentación del libro NegrOscuro (Ed. Milenio), tuve la oportunidad de conocer a Antonio Pérez Díaz, del grupo Castillo Interior. Me contó cómo después de 30 años habían conseguido editar en vinilo su música de los 80 y me regaló dicho disco y un libro titulado El Sueño Dorado (Castillo Interior y la escena musical de Tenerife en los 80). Todo dentro de una simpática bolsa de la Editorial Los 80 Pasan Factura. A cambio, yo le regalé el dvd de "De un tiempo libre a esta parte" (2015). A los 5 días Antonio me envió esta carta que paso a compartir, con su permiso.

Estimada Beatriz:

Quería darte las gracias por regalarme el dvd de 'De Un TIempo Libre A Esta Parte", y decirte que me ha encantado verlo.

Su hora de duración se me convirtieron en casi tres cuando fui parando las fotos una tras otra, así como los carteles, para verlos con detenimiento, disfrutarlos e identificar a todas las personas que aparecen en ellas. El archivo es extraordinario, una auténtica joya, y la mayoría de las imágenes muy poco conocidas, al menos para mí.

Otro gran punto a favor es el de poder escuchar las palabras de personalidades menos conocidas pero muy importantes. Como Marta Cervera de Aviador Dro (toda la vida viéndola y nunca la había escuchado hablar), Jesús Amodia de PVP, Juan Antonio Nieto de Alphaville (¡del que me he dado cuenta que es Pangea!); gente de La Fundación, de Esplendor Geométrico,.... Amador de Luque, por supuesto.

Y todo un acierto acabar con "Ciclos" en los créditos finales. Quizás mi canción favorita de Monaguillosh.

Mientras lo veía también volví a experimentar, como ya me ha pasado otras veces, como por suerte de no se qué magia, en tantos lugares diferentes se vivió la misma efervescencia artística. Me pasó al ver la peli "24 Hour Party People" (M: Winterbottom, 2002) o el documental  "Lust and Sound in West Berlin" (2015). Muy recomendable este último, si no lo has visto: https://alternativa.cccb.org/2019/es/paralelas/film/b-movie-lust-sound-in-west-berlin-1979-1989

En España siempre se suele hablar del fin de la dictadura y del comienzo de la democracia como catalizador de la explosión creativa. Y sin duda es cierto, pero es que en el resto de Europa ocurrió lo mismo. Un período mágico e irrepetible. Y por supuesto en Canarias. Bien es verdad que allí todo llegaba con retraso y esto, por supuesto, también. Unos dos años largos casi podría decir. El concierto de Familia Real en octubre de 1982 en la Sala Lennon, podría ser el equivalente al famoso 'Homenaje a Canito' en la Escuela de Caminos en febrero del '80. Y a partir de ahí un lustro inolvidable de bandas, conciertos, locales, fanzines (nosotros también hacíamos el nuestro: 'La Criba'), aventuras y locuras de toda índole.  Y también compartimos en Tenerife ese sentimiento de 'Fin', de que algo en un momento dado se acabó, que se desvaneció la mágia. En nuestro libro de 'El Sueño Dorado' también lo expresamos varias veces desde distintos puntos de vista.

Mi más profunda enhorabuena por el documental. Se percibe claramente todo el corazón que has puesto en él, y toda una lección de cómo hacer algo muy interesante de una forma sencilla y sincera.
En fin, gracias de nuevo y un privilegio poder darte nuestro disco de Castillo Interior que tardó treinta años en ver la luz.

Te dejo aquí también el link donde hemos subido nuestros vídeos, que están incluídos en el CD, pero no te pude dar con la bolsa pues ya no me queda ninguno.
https://vimeo.com/user74565814

Saludos cordiales

domingo, 8 de diciembre de 2019

Presentación libro NEGROSCURO


VIERNES 6 DE DICIEMBRE 2019 SALA THE CAVERN. NEGROSCURO (Milenio, 2019)

Por la profundidad y el rigor con que aborda la historia de grupos míticos de la onda siniestra española es el libro imprescindible para conocer o recordar aquella época.

Foto de Edgar Caprotti

De izquierda a derecha: Beatriz Alonso Aranzábal, Ana Curra Fernández, Pablo Martínez Vaquero (autor), Miguel Trillo, Per Mertanen y Javier de Castro (editor).


Foto mía desde la mesa





El texto de mi intervención:

A finales de los 70 y principios de los 80 las inquietudes avanzaban tan deprisa como las notas musicales, la experimentación y los atuendos. Pasamos de llevar el pelo largo, las camisas paternas, los chalecos de señor de pueblo, a usar colores fosforito para molestar a los últimos hippies, y a los virtuosos del rock, con frivolidades como querer ser un bote de detergente para salir en la tele. Era oponer lo ligero a lo profundo, lo moderno a lo antiguo. Ser calificada como “moderna” nunca fue un elogio positivo, sino bastante despectivo. De la ropa usada y reinventada y las tachuelas que colocábamos en cazadoras vaqueras y muñequeras de cuero pasamos durante una temporada a la elegancia mod (gabardinas, blanco y negro en cuadraditos), para bailar ska desaforadamente con la música interracial de Specials, Beat, Selecter.
Eso sí, te tenías que inventar tu modelito y los accesorios, rebuscando en los almacenes baratos y en el Rastro. No eran modas, fue una evolución. Y entonces lo más luminoso y desenfadado se fue oscureciendo y adquiriendo matices nuevos. De lo simple a lo complejo, de lo explosivo a lo contenido, de los Buzzcocks a los Banshees. Éramos jóvenes y teníamos que mostrar al mundo que teníamos nuestra propia velocidad. Muy acelerada al principio, para entrar después en un ritmo más pausado, o no, chirriante, melodioso, intenso… todo lo que marcaría una época musical inolvidable: la música siniestra. Una etiqueta para entendernos, una etiqueta para organizar un caudal de sonoridades que nos invadió. Una música que no se agota tras varias escuchas, sino que pide más, escucharla una y otra vez, en un bucle repetitivo. La música siniestra se escuchaba hasta la obsesión. Creaba una atmósfera envolvente que se convertía en una habitación propia, un mundo compartido con otras personas, en una enorme minoría. Quienes caímos en las redes de la influencia afterpunk de cure, joy division, siouxsie, killing joke, etc nos quedamos atrapados una buena temporada. Si tengo que elegir un disco que resume todo aquello es el Juju de Sioxsie and the banshees.  Me transporta a una época, a finales de 1981 y 1982,  en que ya había terminado la etapa escolar, y me adentraba en el mundo adulto mientras viajaba en un autobús urbano hasta el solitario campus de Somosaguas. Para vivir unidos, dónde están tus golpes, no debiste asustarme, ahora tan lejos, la línea se cortó. La estética asociada, inicialmente, era sobria, oscura y elegante. Más tarde empezó a recargarse y se convirtió en gótica, convirtiéndose en un estilo urbano bien definido que hoy en día tiene sus adeptos. La imagen no se correspondía con nuestro estado de ánimo. Posábamos serios, pero nos reíamos un montón. No obstante, una parte de nosotros era oscura. Las canciones más melancólicas nos revelaban que aparte de las risas había desafíos a la vuelta de la esquina, y decisiones que tomar. Decisiones que nos correspondían a nosotros, con 18 años se era mayor de edad y nos poníamos en el disparadero de salir del hogar familiar y buscarnos la vida. En ese proceso nos acompañó una música que a fuerza de ser escuchada una y otra vez en vinilos y cassetes impregnó nuestros días y nos dejó un poso que revive cuando detectamos su sonido. Gracias al prolijo y detallista trabajo de Pablo Martinez vaquero aquel movimiento ha quedado documentado y al alcance de quien quiera conocer y comprender una parte de nuestro pasado musical.






domingo, 1 de diciembre de 2019

Talavera la Vieja

El año en que yo nací, 1963, las aguas anegaron Talavera la Vieja, cuyos habitantes fueron ubicados en pueblos nuevos o emigraron a Leganés, por ejemplo. Mucho antes allí habían fundado los romanos la ciudad de Augustobriga, según descubrieron los expertos a finales del siglo XIX. De la construcción del embalse de Valdecañas solo se salvó este templo, que fue movido piedra a piedra. Pero no es ésta la única sorpresa: hace unos días vi en la prensa el increíble conjunto megalitico que ha emergido por la escasez de agua del pantano. No lo relacioné con este paraje. 




Si lo sé, lo hubiésemos buscado. Me deja boquiabierta (la foto es de este enlace https://planvex.es/web/2019/08/dolmen-de-guadalperal/ ) 

BARRA LIBRE

Hace un año, tras atravesar un pinar entreverado de arena fina, desemboqué en una paradisíaca playa nudista. Mar azul turquesa, agua limpia y cristalina, y al fondo el océano Atlántico. Era la primera vez que me desprendía de la parte de abajo del bikini y me bañaba cual eva al desnudo. La playa, a mediados de septiembre y por la mañana, estaba casi vacía. Decidimos repetir este año, y tras recorrer 600 kms aparecimos por alli con la marea alta y una concentración de gente inimaginable. Había una jarana que parecía una playa de Cádiz, pero en pelotas. No podíamos, por tanto, abstraernos y pensar en la naturaleza virgen y otras lindezas asociadas a un entorno natural y protegido. No. El público era mayoritariamente de cuarenta años para arriba. A mi derecha un grupo de amigos o conocidos, incluida una mujer, estaban comentando en voz alta asuntos personales y mundiales. A mi izquierda recién había llegado una pareja, él parecia Sergio el de Estíbaliz entrado en años, ella más joven, alta y espigada. Entonces se nos acercó un señor que estaba cerca con su mujer y su nieto, recogiendo firmas porque: los yates cada vez fondean más pegados a la playa (había un montón haciendo barrera), porque no hay socorrista ni puesto de socorro, porque aunque esté prohibido algunas personas pasean a sus perros en la orilla. En particular un tipo con pitbull al que, cuando se le llamó la atención, amenazó con pegarles un tiro en el aparcamiento. De repente, "Estibaliz", que había vuelto de bañarse, se había puesto la parte de abajo y hacía gestos de dolor mientras se tocaba el pie. Su compañero, el de la coleta gris, no estaba. Rápidamente se levantó otro hombre y le dijo, con acierto, que pudo ser la picadura de una faneca. Ella tenía un dolor insoportable, agitaba las manos y las muñecas, apretaba los labios, y el hombre, en cuclillas y con su badajo colgando, le hizo la primera cura y además, amablemente, le dijo que se quedara con la pomada que le había aplicado. No fue suficiente, y empezó a caminar en círculos sobre sus toallas. La pobre tenía un auténtico baile de San Vito. Entonces se acercó otro de los bañistas (o nudistas) y le dijo que si quería podía tratar de ayudarla con las energías, que él trabajaba con las energías, y que a él le funcionó con la picadura de una avispa. Llevaba en la mano un mando o un móvil (o un rayo láser, vaya usted a saber). Ella dijo que no con la cabeza, y siguió con el baile apache. Parece ser que el veneno de la faneca te deja mucho tiempo fuera de combate. Cuando parecía que las aguas se calmaban, apareció el tipo del pitbull, mirando desafiante al tendido. Su perro iba en bolas también. Aquello era un no parar. Así que me metí en el agua mirando hacia las islas Cíes. Estaba muy fría, pero había que relajar.

Carta de un seguidor de Cartas Sin Sellos (2000-2014)

A veces ocurre que alguien, del muy amplio público que tuvo Cartas Sin Sellos, se acuerda y me escribe unas líneas. Ayer recibí esto desde Argentina y he querido compartirlo, con permiso de su remitente.


Hola:

Después de más de 14 años desde una vez que publiqué una carta en tu antigua web, vuelvo a escribirte. Me llamo Cristian, o Enrique, como me dice mi hermana mayor. Tengo 35 años y vivo en Argentina, allá por el 2004 tenía unos 20 (obviamente) y por casualidades del destino se me dio por escribir un texto en tu web, al que también le puse mi dirección de e-mail. Te cuento esta introducción porque luego viene el nudo, que podríamos decir que empezó conmigo pisando el aeropuerto Barajas de Madrid, o quizás empezaba cuando en 2004, recibí una invitación de "MESSENGER" de una persona a la cual ignoré (si bien guardé el mail de contacto), para escribirle allá por 2005 para compartir un par de escritos (la verdad que no tenía a casi nadie a quien enviarle lo que producía en mis horas en las que ansiaba ser escritor). La historia es que coincidí con una persona, de Madrid, con la cual compartimos tardes de chat, mails, llamadas y cartas durante unos 3 años, hasta que definitivamente tuve el valor de marcharme hacia allí. La verdad, que la historia no salió como habíamos pensado. Después de casi 8 años, todo se vino abajo para siempre.

Te escribo ahora desde la capital de mi país, mientras tengo mi laptop en un mueble desarmado, a 30 cmts del suelo. estoy de mudanza. me voy de vacaciones hasta febrero a donde nací Salta- Capital, norte de Argentina. Hace 3 años que volví de Alicante, de España, donde sonreí, soñé, amé, lloré y me arrepentí.. hace tres años y poco más que regresé de aquel lugar que fue mi objetivo durante otros tres antes de poder pisarlo, cumplir un sueño, que si bien luego no fue tan real como hubiese querido, sé hoy a mis 35 años, que existió y que de no ser por tu página web nunca habría existido esa posibilidad. Gracias.

Pd.: Me animaría a decir también que sin Cartas Sin Sellos, yo tampoco estaría hoy vivo, aquí, ya que en España me diagnosticaron una enfermedad contra la cual luché con varias y variadas dosis de quimios... que de haberme pillado eso desprevenido por acá, en mi país, no podría ni contarlo ya que la tecnología médica no está taaaaan avanzada como en España. Gracias de nuevo.
Cristian