Los niños se quedaron muy sorprendidos cuando... (guardo el relato para futuros usos, gracias)
Beatriz Alonso Aranzábal
¡FELIZ AÑO 2012 (si puede ser)!
El blog de la única web (Cartas-sin-sellos.com) dedicada exclusivamente a la correspondencia desde el año 2000.
Los niños se quedaron muy sorprendidos cuando... (guardo el relato para futuros usos, gracias)
Cuando se retiró el oleaje, el mar dejó al descubierto un torso griego... (guardo el relato para futuros usos, gracias)
EL MICRO DE ORO
Buscó inútilmente la fórmula para... (guardo el relato para futuros usos, gracias)
No pudo evitar mirar de reojo la puerta del apartamento, ahora precintado. Allí pasaba consulta una doctora que (...).
¡Son las doce horas, un minuto y quince segundos y se acabaron las bromas! ¡Levántate de una vez y deja el cuarto recogido! (...)
Desde que Elvira tiene a Juan es otra. Se arregla, se ríe, nos cuenta lo que hace. Al principio se sentaba delante del ordenador, atendía las llamadas, y nunca (...)
Ahora me despierto, miro la habitación y veo con detalle los objetos que decoran mi amanecer. (...)
Nada más ver que usaba peluquín sintió un rechazo inmediato. “¡Mentiroso!”, (...).
EL LIBRO QUE NO SE DEJABA TERMINAR
Cada noche leía la apasionante biografía de una mujer que vivió hace trescientos años (...)
“¿Puedo quedarme con sus juguetes?” preguntó uno de los directivos, tras el minuto de silencio por el compañero fallecido. (...)
Guardo el relato para futuros usos, gracias a quienes lo habéis comentado.
Beatriz Alonso Aranzábal
“Lo increíble de lo increíble”
La madeja enredada con todo voló libremente sobre la montaña cuando fue hacia el lugar de la historia. Entonces sintió necesidad y quiso estornudar. ¡Atchis! Desmelenada, rodó hasta el dinosaurio.
CALZONAZOS
Cada noche, frente al televisor, a mí me gustaría que mi mujer me agarrara el paquete. Pero ella sólo coge el mando.
DISFRAZ
Nunca me han gustado los Carnavales. Todo el año intentando parecer lo que no soy para que luego me tomen por otro.
DESTINOS LEJANOS
A menudo entro en la página web de Iberia y miro a ver si hay plazas para volar a algún lugar sugerente. Pongo la fecha de ida y vuelta, el numero de plazas (una o dos, depende del humor) y elijo la tarifa más barata (una puede soñar, pero sin pasarse). Doy al Enter y ya. Fin del trayecto.
ALMORRANAS
¡¿Qué he hecho YO para meraznar ESTO?!
FRUTAS
Cuando llega el calor, la ropa destapa la piel de naranja, para unas, y la pulpa de melocotón, para otros.
Todos apretujados en aquel enorme congelador y sin parar de llorar. Quién lo hubiese imaginado (...)
Un apuesto joven al que besó en los labios con dulzura resbaló poco después y se rompió la pierna. (...)
Guardo el relato para futuros usos, gracias a quienes lo habéis comentado
Con este amargor tan extraño salgo cada lunes de la consulta del dentista (...)
Beatriz Alonso Aranzábal
“¿Por qué me mira así?”, me espetó Dios nada más entrar en el Reino de los Cielos. (...)
Beatriz Alonso Aranzábal
QUE EMPIECE YAQue nadie me quite el repentino apagón, la soledad compartida, el silencio denso. Que ningún chasquido me haga recordar que estoy en una butaca y no en la pantalla, que ningún zopenco me recuerde la impuntualidad, el pisar a los demás. Que empiece la película ya.
Que nada es al principio lo que parece, y estoy dispuesta a creérmelo todo. Con los ojos tensos y los oídos abiertos, hoy tengo, vuelvo a tener, mi Breve Encuentro con David Lean, año 1945, blanco y negro. Y nada más empezar, me apoyo en la columna sonora, como dicen los italianos, para ver mejor. En una húmeda estación de trenes, se abre la puerta del bar…
Gente corriente aguarda la llegada de su tren. Rutina, conversaciones intrascendentes. Una despedida cortés. Pero la historia ha empezado por el final: durante 88 minutos iremos atrás y adelante en el tiempo, como en los viajes de ida y vuelta de los trenes de cercanías, viajando en lo que es y en lo que pudo haber sido, en lo que fue y en lo que no volverá a ser. La vida cotidiana de dos desconocidos alterada por un vértigo imposible, bañado en vapor de locomotora, entre trenes impertérritos que no esperan a nadie.
Sumergidos en nuestra butaca, donde todo lo que nos rodea queda desenfocado, contemplamos a la esposa abnegada que ríe como una colegiala, y al hombre que se emociona con la dama; a la mujer vulgar que descubre que se ha enamorado, al médico que deja a sus pacientes apartados. La cordialidad convertida en latido acelerado de corazón. En amor. Hasta que el destino decide que el juego ha terminado, y lanza dados como piedras que devuelven a cada uno a su sitio, lejos, muy lejos, el uno del otro. Y al llegar al final hemos vuelto al principio, en el que todo cobra un nuevo sentido, cada gesto tiene otro significado, y cada palabra encierra doscientas. Se vuelve a abrir la puerta del bar... y ahora vemos lo que no vimos.
Rachmaninov ha sido una recia columna. Nadie se desmorona. Las luces se encienden. Todo vuelve a la normalidad, a lo consabido. Ha sido un breve encuentro con la cara oculta de la luna, lo que no se ve pero el cine muestra. Un tiempo de celuloide que añadir a nuestra existencia.
CONSULTA MÉDICA
Doctor, veo relatos en todas partes.