Nothing lasts really. Neither happiness nor despair. Not even life lasts very long. (Brief Encounter, 1945)

domingo, 19 de abril de 2009

La meglio gioventú (2003)

Una gran película que suma 360 minutos para disfrutar en casa por partes o del tirón... La acción transcurre a lo largo de cuarenta años, desde 1966 hasta 2003, y gira en torno a dos hermanos (Matteo y Nicola, interpretados por Alessio Boni y Luigi Lo Cascio respectivamente) y sus vivencias, con el trasfondo social y politico de Italia. Está dirigida por Marco Tullio Giordana, obtuvo el Gran Premio "Un certain Regard" en Cannes 2003 y consiguió 6 David de Donatello en 2004. En este fragmento que he rescatado de Youtube, aparece el personaje de Giorgia (Jasmine Trinca), que padece un trastorno mental, y el de Matteo, escuchando la canción interpretada por Fausto Leali "A chi" (1967).
En el dvd que compré viene la opción de escucharla en versión original, lo cual aumenta para mí el atractivo de la película. Desde aquí la recomiendo vivamente.

miércoles, 15 de abril de 2009

Boletín de la AMRP

Acaba de salir de la imprenta el nuevo boletín de la Asociación Madrileña de Rehabilitación Psicosocial, de la que soy directora de publicaciones desde hace dos años. Es mi tercer boletín, y me ocupo de todo: desde la búsqueda de articulos y colaboraciones, hasta la supervisión de todos los textos y revisión de galeradas, pasando por cuidar la estética de la revista. De hecho, he tenido la fortuna de contar con la colaboración de excelentes fotógrafos: en los números anteriores conté con las fotopoesías de Juan Bautista Morán, y en este número todas las fotos son de Victor López, incluida la portada que adjunto. El diseñador gráfico que se ha ocupado de la maquetación se llama Luis Pérez y está diseñando la carátula de mi nuevo cortometraje "Papiroflexia", del que espero poder decir en unos días... ¡ya está terminadooooooo! (Qué larga se hace la postproducción...).

Volviendo al boletín, aunque principalmente recoge estudios y reflexiones de los profesionales de la rehabilitación psicosocial (de personas con enfermedad mental grave y crónica), también tienen un espacio los usuarios. Además, en la contraportada aparece la convocatoria del III Certamen Poético Internacional 2009 de la Asociación Alonso Quijano, de cuya edición pasada incluyo el poema ganador y que aquí adjunto:


GENEALOGÍA

La vida engendró enormemente;
engendró el café
y a sus hermanos: los días imposibles,
la soledad y la escritura
(cuando mi cautividad de Coral Way).
La soledad engendró el mar;
el mar engendró
a un hombre con algas*
y poemas en los bolsillos.
Uno de los poemas cayó
entre lunes y jueves
y engendró tu ausencia;
tu ausencia engendró
perchas, náufragos calcetines
y claudicaciones;
la suma de claudicaciones
engendró el trabajo;
el trabajo no engendró.
Las perchas -altamente promiscuas engendraron
la gesta heroica
de levantarme todos los días.
De los náufragos calcetines,
uno arribó al Cabo de Buena Esperanza
(donde todavía te sigo esperando).

*como ustedes saben, y si no lo saben ya es hora de que lo sepan,
las algas son los harapos de la sirenas.

Emilio L. López. Miami. (EE.UU.)



domingo, 12 de abril de 2009

Carta de una desconocida


Durante esta pascua he releído “Carta de una desconocida” del escritor austríaco Stefan Zweig (1881-1942), disfrutando de la intensidad y el ritmo que el autor despliega en una carta de amor y despedida.

No sería la única vez que lo hiciera, pues fuera de la ficción, en su vida real, la decadencia de un mundo abocado al desastre de Hitler y la segunda guerra mundial le llevó a quitarse la vida (vivía exiliado en Brasil) y escribir a su ex mujer una carta póstuma (se puede leer en el blog sobre Stefan Zwig).

También recordaba que se hizo una película inspirada en este libro, con el mismo título y dirigida por Max Opülhs (1948), de la que se puede leer la trama en el Blog de Desconvencida.

Aquí va un fragmento (Ed. El País/Clásicos del siglo XX, 2003; traducción de Berta Conill):
Me miraste con asombro. Yo te miré con todas mis fuerzas: “Reconóceme, ¡reconóceme de una vez!”, gritaba mi mirada, pero tus ojos me sonrieron cordiales e inconscientes. Me volviste a besar, pero no me reconociste. Me apresuré en llegar a la puerta porque sentía que acudían las lágrimas a mis ojos y no hacía falta que lo vieses. De tan impetuosamente como salí, en el recibidor por poco me choqué con Johann, tu sirviente. Con inmediata consideración y con su timidez característica, se echó hacia atrás, me abrió la puerta de un golpe para dejarme salir y entonces –en aquel segundo, ¿me oyes?- en el único segundo en que miré a aquel hombre envejecido, cuando le miré con los ojos llenos de lágrimas, de repente, se le iluminaron las pupilas. Sólo en un segundo, ¿me oyes?, en un segundo aquel viejo me reconoció, él, que no me había visto más desde que era una jovencita. Hubiese podido arrodillarme ante él por haberme reconocido y besarle las manos, pero sólo saqué los billetes de banco que me habías adjudicado y se los di.

sábado, 4 de abril de 2009

Sulla tua bocca lo diró (MINA)



Acabo de leer que Mina ha publicado un nuevo disco y espero impaciente la ocasión de ir a comprarlo. He visto que incluye E lucevan le stelle ... También he sabido que el servicio de correos italiano, Poste Italiane, ha editado un sello conmemorativo de los 50 años de la canción Tintarella di Luna que cantaba Mina en 1959. Asi que aquí va una imagen del sello, una buena excusa para incluir un video con su impresionante voz (y extraordinaria canción).


jueves, 2 de abril de 2009

Rita Noriega


Rita Noriega ha sido la directora de fotografía de mi segundo contrometraje, "Los aviones no saludan" (2007).


Hace poco visitó Colombia y tomó una serie de fotografías de las cuales reproduzco una aquí, con su permiso, preciosa a mi parecer por los tonos y texturas que refleja.


Y es que me apetecía incluir un poco de calor y color ahora que entramos en la primavera.

miércoles, 1 de abril de 2009

Carta del Capitán del Stanbrook (1939)

Hace unos años leí el libro "Los náufragos del Stanbrook" de Rafael Torres, sobre los tres últimos días de la guerra civil española en el puerto de Alicante, donde "se escenifica la agonía de la República, en la desesperación de miles de personas (soldados, alcaldes, maestros, periodistas, obreros, diputados, familias enteras...) que aguardan en sus muelles los barcos prometidos que habrán de hurtarles de una represión sanguinaria. pasan las horas, los días, y sólo un viejo y herrumbroso carbonero inglés, comandado por el legionario capitán Dickson, se apiada de los vencidos y acude en su auxilio, burlando el bloqueo de la escuadra franquista, los submarinos de Mussolini y la aviación nazi" (contraportada del libro, editado por la Editorial Algaida, 2004).

Hoy, en el diario El País, aparecen fragmentos de la carta que el capitán de dicho navío, Archibald Dickson, envió a un diario británico, y en la edición digital se puede leer la carta entera, asi como el documento original escrito en inglés. El reportaje está firmado por Natalia Junquera y se puede leer en este enlace:
http://www.elpais.com/articulo/espana/ultimo/pedazo/II/Republica/elpepuesp/20090401elpepinac_13/Tes

He aquí un fragmento de la carta, traducido por Pablo Azorin Williams:

El 26 de marzo viajé a Madrid donde funcionarios me informaron que el cargamento para mi barco estaba en camiones de camino. Entonces volví a mi nave en Alicante cuando recibí un telegrama de mis Armadores informándome que a menos de que hubiese perspectivas de embarcar el cargamento tenía que proceder a zarpar inmediatamente.

Al día siguiente llegó algún cargamento, consistiendo en tabaco, naranjas y azafrán que fue depositado en el muelle. Sobre la misma hora alrededor de 1.000 refugiados llegaron al Edificio de Aduanas en diversas formas de transporte y de todas las provincias de la España Republicana, al mismo tiempo que las autoridades portuarias me solicitaban subir a bordo a estos refugiados y llevarlos a Orán, ya que se encontraban en una situación desesperada y se me dijo que sus pasaportes estaban en orden y que podrían desembarcar en Argelia sin ninguna dificultad.

Entre los refugiados había un gran número mujeres, chicas jóvenes y niños de todas las edades; incluso criaturas en brazos. Debido al gran número de refugiados me encontraba en un dilema sobre mi propia postura ya que mis instrucciones eran que no debía tomar refugiados a menos de que estuviesen realmente necesitados. No obstante después de ver la condición en que se hallaban los refugiados decidí desde un punto de vista humanitario aceptarlos a bordo, ya que anticipaba que pronto desembarcarían en Orán.