Mientras suelto las pastillas en
las hierbas altas compruebo que nadie me sigue. Desde que dieron con la fórmula
de la felicidad, por la que tanto lucharon nuestros antepasados, ya nadie se
queja ni llora ni patalea. Jamás nadie se quita la vida, porque no duele. Pero
yo desenterré, casualmente, un libro de los de antes, en papel, y mientras leía
“Romeo y Julieta” noté cómo afloraban mis primeras lágrimas. Me gustó sentirlas
resbalar, lentamente, y decidí esconder la píldora diaria que nos dan en la
fábrica. Antes de que mi rostro compungido me delate estaré al otro lado de las
montañas, fuera de este beatífico país.
Beatriz Alonso Aranzábal
"Mientras suelto las pastillas en las hierbas altas" era la frase de inicio del concurso de Relatos en Cadena de esta semana. A partir de ahí, no más de 100. Cumplí rigurosamente con las bases, pero no destaqué entre los 600 y pico enviados. La próxima vez llamaré a "mamá" o a "papá". Tienen muchas oportunidades en el concurso.
Sin acritud, pero con hastío.
3 comentarios:
Que sitio tan tristemente feliz. Qué plano. Claro, es mejor que se vaya. Al otro lado cuando sufres sabes que te toca lo siguiente, que es ser feliz. Y así todo el tiempo.
Un abrazo,
Me gusta, un micro adulto, sin la ayuda de los papis, como debe ser.
Como no le echemos imaginación a la literatura, pero sin despegarnos de la tierra, no podremos dejar a nadie meditabundo. Que es lo que queremos, ¿no? :-)
Gracias Miguelángel, Elisa, besos.
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