Nothing lasts really. Neither happiness nor despair. Not even life lasts very long. (Brief Encounter, 1945)

domingo, 10 de marzo de 2013

Recuperando microrrelatos (III)


EL CAMBIAZO.

Durante las rebajas vio un par de sandalias elegantes, y de su número, sobre el estante de la abarrotada zapatería. Se las probó, dio unos pasos con ellas y dudó por un momento si podía permitírselas. Resignada, se calzó sus modestas zapatillas y, al salir de la tienda, la empleada fue tras ella y le espetó que devolviera el calzado y que se llevara las sandalias caras con las que había entrado. No supo si alegrarse o no. Ahora camina con más garbo, pero le duelen mucho los pies.
 
PROSPERIDAD
En un pueblo remoto había un pozo al que los aldeanos echaban monedas para que se cumplieran sus deseos. Solo lo hacían en contadas ocasiones, cuando estaban verdaderamente necesitados, y a los pocos días su suerte cambiaba. Sin embargo, la fama del pozo empezó a atraer a curiosos, turistas y toda clase de avariciosos, que llegaban en coches y autocares. Todos pedían el mismo deseo, y el pozo se agotó. Pero nadie en el pueblo quiso desvelar a los forasteros que las monedas iban a fondo perdido. Simplemente les recibían con una sonrisa.
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METRO DE MADRID
Jugaban a las cuatro esquinitas. Una, dos y tres. Apertura de puertas. ¡Ya!
La del bastón se quedó sin asiento.
Beatriz Alonso Aranzábal

Estos tres microrrelatos aparecieron publicados en La nave de los locos de Fernando Valls el 1 de agosto de 2012.

3 comentarios:

elena gabriel dijo...

Me fascinó el cuento del pozo... :)

Rubén Rojas Yedra dijo...

Me encanta esa especie de reescritura del mito de "Prosperidad". El último, el del metro, es tan ágil como las manos de un trilero. Se lee el movimiento.

Enhorabuena, Beatriz.

Beatriz AA dijo...

Hola Ruben, bienvenido. Antes los vagones del metro de madrid tenían menos asientos que ahora. En la Línea 1, por ejemplo, había solo cuatro asientos entre las puertas de acceso. La visión que yo tengo de esa mala leche para hacerse con uno de los 4 asientos, en la cabecera de la línea (Plaza castilla), me inspiró este retrato de ciertas actitudes humanas (por desgracias, aiguen actuales).

Hola Elena, amiga, los pozos son a fondo perdido.

Un saludo afectuoso