Anteayer sábado presencié una contrarreloj
por equipos, que además era la etapa inaugural de la Vuelta Ciclista a España.
Me situé en Vilalonga, una pequeña localidad cercana a O Grove. Salieron 22
equipos desde una batea, es decir, una plataforma flotante donde se cultivan
los mejillones, en Vilanova (Ría de Arousa, Rías Bajas gallegas). Cada vez
que aparecía un equipo disparaba fotos con el móvil, sin embargo pasaban tan
rápido que apenas podía contar cuántos iban juntos (siempre había alguno un
poco descolgado). Me propuse sacar fotos de todos los equipos, pero pasó algo:
allí mismo, un hombre cayó desplomado. Oí los gritos de una mujer pidiendo un
médico, y el guardia civil que controlaba que la gente no irrumpiera en la
calzada llamó a una ambulancia. La Vuelta ciclista seguía, pero era difícil
concentrarse con alguien a pocos metros tumbado en la acera. Por suerte, tenía
un hilo de voz y mientras se esperaba a la ambulancia recibió cierta asistencia
(piernas en alto, toma de tensión…). Me quedé
hasta que pasó el último equipo, el Astana, que finalmente fue el ganador de la
cronoetapa. Los últimos serán los primeros (sí, ya sabemos, conocen los tiempos
de sus rivales).
todas las fotos son mías
Beatriz Alonso Aranzábal
5 comentarios:
No entiendo de ciclismo, es un deporte que escapa a los límites de m comprensión, Beatriz; pero no es menos cierto que tener la oportunidad de ver/participar de una fiesta así es atractivo. Eso siempre y cuando no se nos desmaye el vecino.
Un abrazo,
Tienes un humor muy british, Pedro. I like it!
Ya veo que sigues con tus buenas costumbres de pasar el veranito en O Grove. Yo, de vuelta ya :P
Besos y abrazos GrandeS,
Ana
Querida Ana, tú sigues con tu buena costumbre de acordarte de mí y pasar a saludar. Otro abrazo grande para ti
No me gustó nada el espectáculo de la vuelta en Galicia. Parece ciclismo de pago.
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