Nothing lasts really. Neither happiness nor despair. Not even life lasts very long. (Brief Encounter, 1945)

lunes, 9 de agosto de 2010

Algún día se irán de casa





La habitación de mi hijo evoluciona con su edad, como es lógico. De ser un cuarto con mesa y sillitas de ikea pasó a ser un cuarto con escritorio y silla con ruedas, y los juguetes y cuentos infantiles fueron dejando paso a comics, manga, lego, psp, libros, internet (ay). Los peluches fueron abandonando su lugar sobre la cama para ir arrinconándose en una estantería, y pasar luego a un cesto, cada vez menos visibles...

Ayer los saqué a todos para darles un lavado, y no pude evitar pensar que algún día apenas tendrán cabida en la casa de un hombre joven. Les hice fotos, y me di cuenta de que asi han quedado inmortalizados.

Yo no guardo en mi casa ningún peluche mío, ninguna muñeca, ningún juguete. Las mudanzas de la vida hacen difícil conservar tantos objetos cargados de pasado, que aunque amados hay que ir dejando atrás.

8 comentarios:

alberto dijo...

Lástima, yo se los regalaría a quien tuviera edad y careciera de medios para poder disfrutarlos. Todos excepto en dragón de tasmania, por quien siento especial debilidad.

Beatriz AA dijo...

Aun les quedan unos añitos, y nunca caerán en saco roto...

gracias por comentar ;-)

Miguel Torija Martí dijo...

Supongo que cuando tienes hijos en algún momento te das cuenta de cuantas cosas (algunas, muchas, la mayoría supérfluas) llegan a acumular los niños. Estoy de acuerdo con Alberto, pero no es tan fácil deshacerse de un modo útil de los juguetes. Escribí hace algún tiempo un relato que trataba el mismo tema y como te pasa a tí Alberto también hubo algún indulto.

Beatriz AA dijo...

A estos les quedan unos añitos... de momento todos indultados.

Miguel, siguiendo el hilo de tu comentario... ¿no acumulamos más cosas superfluas los adultos?

Me queda un día y medio para tomarme unas vacaciones, espero a la vuelta seguir leyendoos, amigos, abrazos

Miguel Torija dijo...

Tienes toda la razón. El corolario sería que desde niños nos preparamos para ir acumulando trastos durante toda la vida. Los trasteros ese cementerio de objetos inútiles. Que disfrutes en las vacaciones. No olvides recolectar algún trasto.

Saludos,

Miguel

Clarice Baricco dijo...

Yo todavía tengo ciertos juguetes de Bethania. Impecables. Así que espero que tenga una nieta para que los disfrute.
Pero tanto que se ha ido de casa para que se quede en la memoria. Y ya.

Abrazos.

Isabel González González dijo...

¿Juguetes? Pero si están vivos. Observad sus expresiones

Beatriz AA dijo...

No os lo vais a creer... ¡le he traído un mini peluche a mi hijo! es un robot blandito (¡otra contradicción!), ja ja, me acordaba de este post...

Gracias Miguel, las vacaciones han sido estupendas (excepto los cambios de temperatura, tan bruscos)

Querida Clarice, estoy poniendo el freno de mano para no caer en la pendiente del feisbuk otra vez.

Isabel, vivos y comiendo plátanos amarillos ;-)